30 sept 2011

GOOGLE STREET VIEW


Desde que Google Street View comenzara su andadura en 2007, son muchas las cuestiones y polémicas que se han despertado en torno a este servicio y a su forma de captar las imágenes para posteriormente utilizarlas. Pero por otro lado, además de ser cuestionada su política de privacidad, otros han visto una nueva ventana hacia el futuro y a los cambios que se están dando en la sociedad actual con las nuevas tecnologías, uno de ellos enfocado hacia la fotografía y las nuevas formas en las que se presenta.

Google Street View nace en 2007, introduciéndose, en primer lugar en algunas ciudades norteamericanas.
Este servicio es una característica integrada en Google Maps y en Google Earth que proporciona panorámicas a nivel de calle, permitiendo a los usuarios ver partes de las ciudades seleccionadas y sus áreas metropolitanas circundantes. Desde entonces, tal y como aparece en la Wikipedia, se ha expandido a 16 países europeos, 2 latinoamericanos, 4 asiáticos, uno africano y la Antártida. La razón de que solo esté presente en unos pocos países, es que desde Google valoran el uso y la utilidad que vaya a tener el servicio en los diferentes países, además de que haya un uso de Internet expandido. Del mismo modo, GSV no ofrece la misma cobertura en todas las ciudades o países en los que está presente, ya que en algunos la cobertura de un territorio no es total sino parcial.
Este es el mapa que se puede encontrar en la Wikipedia sobre la cobertura de GSV.


 

Desde junio de 2008 se inicia la aplicación de difuminación de las caras y matrículas. Es en este punto cuando podríamos hablar de las cuestiones que ha suscitado GSV en lo que la privacidad se refiere, además de las críticas que ha recibido por este tema.
Hay personas a las que no les gusta y les preocupa que su cara, su coche o su casa, así como que casualmente aparezca haciendo una determinada actividad o yendo a algún sitio, se vea en las fotografías que toman desde Google y que posteriormente aparecen en el programa.
Podemos citar el conocido caso de Alemania en el GSV tuvo problemas para expandirse. En este país el gobierno creó una ley para regular este servicio y Google fue obligado a quitar aquellas imágenes que atentasen contra la privacidad de una persona si esta lo reclamaba. Y ahora sabemos que Google mantendrá el servicio en este país pero no actualizará las imágenes.

Además, también suscita interés y polémica otra faceta de GSV, que es captar algunas imágenes en el momento menos oportuno. Hemos encontrado algunas noticias que no dejan de ser curiosas e insólitas y nos sirven para ejemplificar este tema. Es el caso de los tres narcotraficantes sorprendidos en Nueva York o los dos cadávaderes en Brasil.
 
La cuestión sobre la privacidad de GSV nos hace pensar que no siempre tenemos en cuenta este punto sobre todo en lo que a Internet, programas y redes sociales se refiere.
¿Por qué a algunas personas les puede molestar tanto que se vea su casa, su coche, o por casualidad se vean así mismos en GSV? Cuando por otra parte, por poner un ejemplo, hacen uso de redes sociales en las que tienen un perfil público que comparten con sus amigos (o no tan amigos), en las que publican ellos mismos imágenes personales y dicen lo que hacen a cada momento y con quién.
¿No deberíamos considerar como más privado y más personal un perfil en una red social, que el que aparezca tu cara en un aplicación como GSV? ¿Dónde está la diferencia? ¿Una cosa es consentida y permitida, y la otra no porque no tiene nuestro permiso y hemos sido “pillados” de casualidad?
Estas son algunas de las cuestiones que nos planteamos, en cuanto a la sensibilidad que existe respecto a la política de privacidad de GSV, y no existe para otras cosas como podrían ser las redes sociales.

Pero donde unos ven polémica e invasión de la intimidad otros ven arte y nuevas formas de hacer fotografía, lo que se conoce como postfotografía en el artículo de Sergio C. Fanjul y tomado de las palabras de Joan Fontcuberta. ¿Podría GSV convertirse en una nueva forma de fotografía moderna, tales como las imágenes tomadas con teléfonos móviles,cámaras, redes sociales, etc.?
Parece ser que si puede contestarse afirmativamente esta pregunta, ya que tal y como se comenta en el artículo citado de El País, “A series of unfortunate events, de Michael Wolf, que recoge imágenes curiosas sacadas de la aplicación (fotografiando con su cámara la pantalla), ha obtenido este año una mención de honor en el certamen de la prestigiosa organización World Press Photo, lo que le otorga a esta práctica el marchamo del fotoperiodismo” que de alguna manera empieza a reconocer esto como un “arte”. Además significa, sobre todo, un cambio en la perspectiva y mentalidad en lo que a nuevas formas de captar momentos se refiere, es decir, se abren nuevas alternativas en la fotografía y su enfoque artístico.

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